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          AMBIENTE HISTORICO EN QUE VIVIÓ EL BEATO  
              JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO.
    
        
        
 
                          Muchas son las causas que hicieron de la Revolución Cristera, una lucha fraticida, cruel y sin cuartel. Aquí hablo de uno de los problemas fundamentales: “ La Ley Calles”.           


                           PRESIDENTE PLUTARCO ELÍAS CALLES.                    

   

 

 
                                El 1º de diciembre de 1924 Plutarco Elías Calles llegó a la Presidencia de la República y, bajo la influencia de masones y protestantes, la persecución contra la Iglesia en México se convirtió en una verdadera guerra entre el Gobierno y el pueblo católico. Lo más grave fue la tentativa del Gobierno de crear una iglesia separada de Roma cuando el 21 de febrero de 1925, con el apoyo de Morones, el gobierno fundó: La Iglesia Nacional Mexicana, nombrando como primer papa mexicano al sacerdote Joaquín Pérez Mudar, sacerdote afiliado a la masonería, pero como el gobierno no le cumplió lo que le había prometido en pocos días fracasó sin grandes consecuencias.

 

                El anticlericalismo siguió y como primer paso se persiguió sin descanso a los sacerdotes extranjeros. En pocos meses fueron expulsados más de doscientos. El siguiente paso fue contra la obra educativa y social de la Iglesia, clausuraron: templos, colegios, conventos, asilos y otras obras de beneficencia.

 

                En la ciudad de México, ante los repetidos ataques a la Iglesia y con el fin de contrarrestar las hostilidades del gobierno de Calles, los católicos de la clase media y alta se agruparon y fundaron la "Liga Nacional de defensa religiosa", sin que directamente interviniera la autoridad eclesiástica. Ésta fue extendiéndose en todo el país.

 

                Siguiendo las normas del Papa, los Obispos publicaron una Carta pastoral el 21 de abril de 1926 instruyendo a los fieles sobre la naturaleza de la Iglesia y de sus relaciones con el Estado, y alentándolos en la triste situación en que se encontraban a causa de las leyes constitucionales y su violenta aplicación.

El Presidente Calles contestó con la aplicación del artículo 130 de la constitución (Ley Calles del 2 de julio de 1926).  Síntesis de la ley calles:    
               

 

  • A la Iglesia no se le reconoce personalidad jurídica alguna, y se le somete a la voluntad de las autoridades civiles.  
  • A los sacerdotes y religiosos se les prohíbe dirigir escuelas.
  • Se prohíbe a los miembros de comunidades religiosas tener vida en común.
  • Se prohíbe a los sacerdotes criticar las leyes impartidas por el gobierno.
  • Se exige que toda la educación, incluso la impartida en escuelas particulares, sea laica.
  • Los sacerdotes para poder ejercer su ministerio sacerdotal, deberán de ser mexicanos.
  • Se prohíbe a sacerdotes y religiosos (as), vestir hábito religioso y distintivo clerical.
  • A todos los mexicanos se les prohíbe hacer votos religiosos.
  • Queda prohibido celebrar cualquier acto de culto público fuera de los templos.
  • Se exige que toda la educación, incluso la impartida en escuelas particulares, sea laica.
  • A todos los mexicanos se les prohíbe hacer votos religiosos.
  • Se castiga con cárcel  al sacerdote que diga que los artículos de la Constitución no obligan en conciencia.
  • Se disuelven todas las comunidades religiosas.
  • Se prohíbe a sacerdotes y religiosos (as), vestir hábito religioso y distintivo clerical.
  • Se castiga con cárcel  al sacerdote que diga que los artículos de la Constitución no obligan en conciencia.
  • Se prohíbe a los sacerdotes criticar las leyes impartidas por el gobierno.
  • Todos los templos pasan a ser propiedad de la Nación, y el gobierno decidirá cuáles permanecerán abiertos al culto.
  • Todas las casas y propiedades de obispos, sacerdotes, colegios, seminarios, conventos, pasan a ser propiedad de la Nación.
  • Se suprime la libertad de la prensa religiosa.
  • Ninguna asociación religiosa puede adquirir ni administrar ningún bien material.
  • Todos los sacerdotes que quieran ejercer como ministros de culto deberán registrase ante gobernación, como profesionistas y ellos decidirán quienes pueden ejercer, en dónde y por cuanto tiempo.
  • No se puede construir ningún templo sin autorización de la Secretaría de Gobernación.
                 

    El episcopado, con autorización de S.S. Pío XI, decretó como protesta a tantas arbitrariedades del gobierno, la suspensión del culto público con una carta pastoral fechada el 25 de julio de 1926, cerrándose las iglesias en toda la República Mexicana a partir del 31 de julio del mismo año, hasta que se dispusiera otra cosa, ese día se retiró el Santísimo Sacramento de todos los Sagrarios de los templos, catedrales, basílicas, capillas u oratorios, fue día de luto nacional.

    El 1º de agosto de 1926, domingo, por primera vez en México, después de cuatrocientos años, no se celebró la Eucaristía en todo el país, se percibía un duelo general, ya que más del noventa por ciento de la población era católica.

                La Iglesia, siguió su acción pastoral en casas particulares, pero no lo aceptó el Gobierno. La policía se dedicó a catear casas donde privadamente se celebraban los sacramentos y los sacerdotes fueron perseguidos y buscados como criminales. Plutarco Elías Calles tenía el propósito de acabar con la fe católica de los mexicanos.

 

                El pueblo se cansó de tantas humillaciones y de no ser escuchado, le cerraron todos los caminos legales y como último recurso, brotaron en los meses de agosto y septiembre de 1926, grupos armados de católicos: Comenzó la Guerra Cristera al grito de "¡Viva Cristo Rey!" "¡Viva la Virgen de Guadalupe!", sobre todo en los Estados de Jalisco, Michoacán Colima, Zacatecas, y Guanajuato.

                En enero de 1927, de entre los jóvenes católicos surgieron los "generales" que hicieron punta en la lucha. Las mujeres eran su sostén moral y el medio para abastecerse de ropa, alimentos, armas,  parque, etc., se organizaban en brigadas y desafiando mil peligros llegaban hasta los cristeros. El Gobierno envió al ejército federal para someter a los cristianos sublevados y el número de muertos fue catastrófico.

                Plutarco Elías Calles debía entregar la Presidencia  a Álvaro Obregón, que fue electo el 1º de julio de 1928, pero fue asesinado en un atentado el día 18 del mismo mes (debía tomar posesión del cargo el 10 de diciembre), por lo que fue sustituido por el Ing. Emilio Portes Gil, quien asumió el cargo como jefe interino de la nación.

 

                El 21 de junio de 1929 el Arzobispo de Morelia, Excmo. Sr. Leopoldo Ruiz y Flores Delegado Apostólico, y el Obispo de Tabasco, Excmo. Sr. Pascual Díaz Barreto como representantes del Comité Episcopal por una parte, y por otra el Presidente de la República Emilio Portes Gil, llegaron a unos acuerdos que permitieron la reanudación del culto: dejando vigentes las leyes anticlericales, el Gobierno se comprometió a no exigir su cumplimiento, con la condición de la rendición absoluta de los cristeros y la expulsión del país de Mons. Orozco y Jiménez, Arzobispo de Guadalajara.

               

                No se reconoció a la Iglesia personalidad jurídica alguna, pero el Gobierno tuvo que aceptar oficialmente el hecho de su existencia. Los Obispos exigieron una amnistía para todos aquéllos que se habían levantado en armas por la causa religiosa y el Presidente la prometió. Por su parte la Iglesia cumplió con el acuerdo: los cultos se reanudaron, se suspendió el boicot contra el Gobierno y los cristeros depusieron las armas. Pero el Gobierno no respetó la amnistía y muchos jefes cristeros fueron asesinados de una manera cruel y despiadada. Además, no obstante los acuerdos, en muchas partes se siguió adelante con la persecución, en parte, porque algunos caciques locales estaban muy independientes del Gobierno federal que era "un simple satélite" de Calles, en parte, porque el mismo Gobierno se vio obligado a los acuerdos, más por necesidad que por convicción de paz.

                Esta persecución ha sido la más cruel, injusta y cruenta que ha tenido la Iglesia en México, pero también la que más fruto ha dado a la Iglesia en nuestro país, pues así como son incontables los que murieron por defender su fe en Cristo Rey y Santa María de Guadalupe, así también son incontables los beneficios que para nuestro país y la Iglesia universal, han traído tantos mártires de Cristo Rey; de la Revolución Cristera, como:
                                                    JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO.


                                                                                      Pbro. José Luis Villaseñor Castellanos

 
PBRO. JOSÉ LUIS VILLASEÑOR CASTELLANOS. ACTUAL RECTOR DEL SANTUARIO  
 


 
CARTA EN LA QUE JOSÉ SÁNCHEZ DEL RÍO ANUNCIA SU CAPTURA A SU MAMA.  
  «Cotija, lunes 6 de febrero de 1928.
Mi querida mamá:
Fui hecho prisionero en combate este día. Creo en los momentos actuales voy a morir, pero nada importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios, yo muero muy contento, porque muero en la raya al lado de Nuestro Señor.
No te apures por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes, diles a mis otros hermanos que sigan el ejemplo del más chico y tú haz la voluntad de Dios. Ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre.
Salúdame a todos por la última vez y tú recibe por último el corazón de tu hijo que tanto te quiere y verte antes de morir deseaba.
José Sánchez del Río».
 
CARTA A SU TIA EN LA QUE ANUNCIA SU MUERTE.  
  «Sahuayo, 10 de febrero de 1928.
Sra. María Sánchez de Olmedo.

Muy querida tía:
Estoy sentenciado a muerte. A las 8 y media se llegará el momento que tanto, he deseado. Te doy las gracias de todos los favores que me hiciste, tú y Magdalena.
No me encuentro capaz de escribir a mi mamá, tu si me haces el favor escribe también a María S. Dile a Magdalena que conseguí con el teniente que me permitiera verla por último, yo creo que no se me negará a venir.
Salúdame a todos y tú recibe, como siempre y por último, el corazón de tu sobrino que mucho te quiere y verte desea.
¡Cristo vive, Cristo reina, Cristo impera! ¡Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe!
José Sánchez del Río que murió en defensa de su fe.
No dejen de venir. Adiós».
 
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